Historia

Historia de Impulso

Sus raíces al descubierto…. “

A veces conocemos a las personas y los lugares, y parece como si todo siempre hubiera estado ahí, como por arte de magia, que existe en ese momento y con esa forma hermosa u horrenda de comportarse, simplemente por azar. 

Y nos olvidamos de conocer su historia, su pasado, el camino recorrido hasta construir lo que es hoy. Como decía mi amigo, colega y mentor Antonio León, “la circularidad está en la historia” (siempre conmigo)

Impulso es la suma de muchas cosas…

Impulso se engendró hace más de 25 años en mi vientre, el vientre de una joven con apego inseguro, arrebatada del amor paternal y sin la oportunidad de una infancia sana. 

Tenía claro que quería coger el control de mi propia vida y caminar con resiliencia en busca del apego seguro. Y así volví a nacer.

Mi nombre es Rocío Carrero Jiménez y soy socia fundadora de Impulso. 

Cuando acabé mi carrera de magisterio de educación especial y mi licenciatura en psicopedagogía cree mi primer proyecto empresarial. Nació como un proyecto de campamento de verano, en un entorno minero, en la cuenca del Río Tinto, “La Estación de los sueños”. Casualmente en el pueblo de Nerva donde años atrás había nacido y criado mi padre. Y es que la vida, cuando estás atento a ella,  siempre termina devolviéndote lo que crees que has perdido. 

Si especial era el sitio y la oportunidad de comenzar una nueva etapa, aún más fueron los participantes. Era una apuesta arriesgada y valiente. Se trataba de integrar a cientos de niños/as con muchas necesidades, la principal,  recibir amor y aceptación (niños/as de casas de acogida, con trastornos, discapacidades, baja autoestima, diferentes, especiales y señalados). 

El proyecto educativo creció alimentado de respeto, igualdad, generosidad y solidaridad. Todos los niños que lo acompañaron encontraron un lugar donde se les reconocía por lo que verdaderamente eran y no por lo que alguien les había dicho que tenían que ser. “Quitamos etiquetas hasta quedarnos con las esencias de cada uno”

Creció rodeado de familiares y amigos fieles que se dejaron la piel, que apostaron por un mundo más bonito y que creyeron en la magia, algunos de ellos aún siguen estando a mi lado. “Construimos un equipo que luchaba por el mismo objetivo, explorar lo que había detrás de cada conducta infantil-juvenil y dar la oportunidad de construir nuevos caminos llenos de luz y esperanza”.

Creció con límites y normas claras, con empatía, con fuerza de voluntad, con la capacidad de perdonarse ante sus equivocaciones. “Dedicamos horas interminables de nuestro tiempo en busca de alternativas diferentes, de un modelo educativo positivo, donde fuimos figuras de apego seguro para nuestros chicos/as”.

Y así, este proyecto me fue convirtiendo en un adulta sana, que respeta, por encima de todo, su profesión y el amor a su trabajo. “Creamos mil y una actividades donde los participantes observaron la pasión en el trabajo y entendieron para siempre el significado de la palabra esfuerzo y vocación”.

Después de 13 años de absoluta implicación, pasión, altruismo y de grandes pérdidas económicas, me despedí del proyecto de La Estación de Nerva y aposté por darle todo mi cariño y profesionalidad al “centro psicopedagógico, Impulso”

El objetivo de nuestro centro es ayudar a chicos/as con dificultades del neurodesarrollo desde edades tempranas para lograr el mejor desarrollo personal y social, siempre acompañando a las familias en todo el proceso.

Perseguimos que cada personita con diversidad funcional que entra en Impulso, se convierta en lo que realmente es, le saque el máximo partido a sus capacidades, se supere a sí mismo/a y se valore, sin importar el tiempo que hay que invertir, a pesar de las dificultades y gracias a lo que han perdido. 

En 2016 necesité ayuda para que Impulso pudiera llegar a nuevas personas. Me di cuenta que no podía navegar este barco tan titánico yo sola. Al principio acompañaba a 30 familias y después se convirtieron en cientos. Fue entonces cuando conocí a Manuel Martín, un enamorado de nuestro proyecto, con gran formación y experiencia en gestión de grandes empresas.  Manuel comenzó ayudando de forma altruista en el proyecto hasta que finalmente nos asociamos en 2018 y se convirtió en el CEO de la empresa. Gracias a su incorporación mejoramos en la gestión y el asesoramiento a familias, incorporando tecnología como palanca de cambio en nuestra organización  para que podamos llegar de forma más rápida  y ordenada a toda la información que manejamos de nuestros pacientes.

A partir de aquí, juntos seguimos escribiendo pasito a paso, la historia de Impulso…